La estructura productiva de América Latina está marcada por una heterogeneidad estructural que coexiste con un mercado laboral caracterizado por una alta informalidad y profundas brechas o desajustes de habilidades que afectan la productividad y el bienestar de los trabajadores y sus familias. La cuarta revolución industrial, con la creciente automatización de procesos productivos que conlleva, supone desafíos significativos para las políticas públicas, tanto en materia de transferencia de capacidades como de reconversión laboral y mitigación de impactos en cuanto a inclusión laboral y vulnerabilidad social, particularmente para las clases medias. Los Gobiernos enfrentan grandes desafíos para avanzar en la adecuación de los marcos regulatorios y la institucionalidad laboral a fin de hacer frente al acelerado proceso de transformación y generación de nuevos ámbitos de trabajo, como la economía de plataformas, ampliando las oportunidades que ofrece el mundo digital y conteniendo los riesgos de vulneración de derechos de los trabajadores. En esta publicación se abordan los avances legislativos, se brindan estimaciones de los potenciales impactos de la automatización laboral en el empleo regional y se plantean propuestas de políticas públicas para fomentar la inclusión laboral y dotar de resiliencia a los trabajadores y a la estructura ocupacional y productiva.
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